Batimanía querida
Por: Darío Valle Risoto
Corríamos a casa dejando cualquier juego a medias, estaba por comenzar Batman en la tele y eso era una obligación para cualquier niño desde los cinco a los sesenta años. Curiosa década del setenta sin Internet ni celulares, cuando la televisión color era un sueño de primer mundo y en Uruguay todavía la gente era solidaria.
Adam West y Burt Ward encarnaban al dúo dinámico, una curiosa pareja disfrazada como para carnaval que eran amigos de la policía y atrapaban criminales más estrafalarios que ellos pero: ¡Que importaba! Debieron pasar muchos años para que nuestros ojos maduros vean esta serie y piensen que la inocencia nos abandonó en alguna parte entre Reagan y las torres gemelas. Que era posible un tiempo donde el guión era lo de menos y nos sentábamos con los ojos muy grandes tratando de capturar momentos y diálogos para recrearlos jugando.
Claro: Todos querían ser Batman en el barrio y Robin quedaba para el gordito afeminado de la otra cuadra o para el flaquito asmático que no se podía resistir a la amenaza de ser extraditado de la Baticueva.
Y fuimos una noche al Intermezzo con mi padre y me parece aún estar allí, en la penumbra de la sala atestada de gente mirando por primera vez al superhéroe en pantalla gigante y en colores. Ese momento apenas fue superado cuando vi Superman en los ochentas con Christopher Reeve en el cine Censa.
Batman con su repelente para tiburones, la danza del vampiro, la parafernalia de batitodo y el gastado chiste de la escuela del nombre de su esposa.
__ ¿Como se llama la señora de Batman?
__La Bati-dora.
Tres temporadas de capítulos de unos veinte minutos casi siempre dobles donde nos enganchaban con las situaciones de peligro más descabelladas de la historia, Batman que usaba un escudo de acrílico antibalas y en cierta ocasión luego de ser atacado con una ametralladora por el Pingüino lo cierra y Robin le pregunta por que lo hace y este le contesta que contó las balas y el villano ya no tiene municiones.
Años después recuerdo que mi madre me había comprado un batí móvil de plástico que tenía las cabecitas de Batman y Robin y que estas se despintaron a los dos días. También que había albumes de figuritas, disfraces con caretas de plástico, alcancías, llaveros y por supuesto revistas.
Me había enamorado de Batichica la que sin lugar a dudas era más similar a los personajes del cómic que los propios Batman y Robin ya que el primero parecía más un gato por su disfraz y el pobre Robin tenía dificultades para ver ya que siempre levantaba la cabeza para enfocar sus ojos a través del antifaz.
En un capítulo les ayuda Alfred solo cubierto con un antifaz, en otro aparecieron como invitados los desconocidos en aquellos tiempos: El avispón verde y Kato, en Uruguay creo que nunca se emitieron salvo una nueva serie de estos que duró poco.
Batman que hacía el trabajo que la policía no podía concretar, el tipo del teléfono rojo con que se comunicaba con el comisionado Gordon, la tía Harriet que nada tenía que ver con el cómic pero era una viejita simpática puesta tal vez para disipar en algo la broma de la relación Gay entre Bruce y Dick.
Finalmente hace unos años vi en el cable una película que creo se titulaba: Regreso a la Batí cueva donde los actores veteranos y los villanos sobrevivientes se reencuentran y recuerdan momentos de la serie recreados de muy buena manera lo que me hizo pensar: ¿Sería posible revivir aquella vieja fantasía?
___¡Santos recuerdos Batman!
__¿Que tal un trío querida?Por: Darío Valle Risoto
Corríamos a casa dejando cualquier juego a medias, estaba por comenzar Batman en la tele y eso era una obligación para cualquier niño desde los cinco a los sesenta años. Curiosa década del setenta sin Internet ni celulares, cuando la televisión color era un sueño de primer mundo y en Uruguay todavía la gente era solidaria.
Adam West y Burt Ward encarnaban al dúo dinámico, una curiosa pareja disfrazada como para carnaval que eran amigos de la policía y atrapaban criminales más estrafalarios que ellos pero: ¡Que importaba! Debieron pasar muchos años para que nuestros ojos maduros vean esta serie y piensen que la inocencia nos abandonó en alguna parte entre Reagan y las torres gemelas. Que era posible un tiempo donde el guión era lo de menos y nos sentábamos con los ojos muy grandes tratando de capturar momentos y diálogos para recrearlos jugando.
Claro: Todos querían ser Batman en el barrio y Robin quedaba para el gordito afeminado de la otra cuadra o para el flaquito asmático que no se podía resistir a la amenaza de ser extraditado de la Baticueva.
Y fuimos una noche al Intermezzo con mi padre y me parece aún estar allí, en la penumbra de la sala atestada de gente mirando por primera vez al superhéroe en pantalla gigante y en colores. Ese momento apenas fue superado cuando vi Superman en los ochentas con Christopher Reeve en el cine Censa.
Batman con su repelente para tiburones, la danza del vampiro, la parafernalia de batitodo y el gastado chiste de la escuela del nombre de su esposa.
__ ¿Como se llama la señora de Batman?
__La Bati-dora.
Tres temporadas de capítulos de unos veinte minutos casi siempre dobles donde nos enganchaban con las situaciones de peligro más descabelladas de la historia, Batman que usaba un escudo de acrílico antibalas y en cierta ocasión luego de ser atacado con una ametralladora por el Pingüino lo cierra y Robin le pregunta por que lo hace y este le contesta que contó las balas y el villano ya no tiene municiones.
Años después recuerdo que mi madre me había comprado un batí móvil de plástico que tenía las cabecitas de Batman y Robin y que estas se despintaron a los dos días. También que había albumes de figuritas, disfraces con caretas de plástico, alcancías, llaveros y por supuesto revistas.
Me había enamorado de Batichica la que sin lugar a dudas era más similar a los personajes del cómic que los propios Batman y Robin ya que el primero parecía más un gato por su disfraz y el pobre Robin tenía dificultades para ver ya que siempre levantaba la cabeza para enfocar sus ojos a través del antifaz.
En un capítulo les ayuda Alfred solo cubierto con un antifaz, en otro aparecieron como invitados los desconocidos en aquellos tiempos: El avispón verde y Kato, en Uruguay creo que nunca se emitieron salvo una nueva serie de estos que duró poco.
Batman que hacía el trabajo que la policía no podía concretar, el tipo del teléfono rojo con que se comunicaba con el comisionado Gordon, la tía Harriet que nada tenía que ver con el cómic pero era una viejita simpática puesta tal vez para disipar en algo la broma de la relación Gay entre Bruce y Dick.
Finalmente hace unos años vi en el cable una película que creo se titulaba: Regreso a la Batí cueva donde los actores veteranos y los villanos sobrevivientes se reencuentran y recuerdan momentos de la serie recreados de muy buena manera lo que me hizo pensar: ¿Sería posible revivir aquella vieja fantasía?
___¡Santos recuerdos Batman!
Yvonne Craig realmente sensual en su trajecito de vampiro
Invitados de lujo en la Baticueva
La liga de la Justicia parodia casi murguera.
Parte importante del éxito de la serie fueron indudablemente sus dementes villanos.
Lee Merriwether la gatúubela del filme
Batman solicitando un par de pizzas
El Baile del murciélago.
Retorno a la Baticueva
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