Friday, February 3, 2012

Cosita poca llamada amor 5: Propiedad Privada

Cosita poca llamada amor 5
Por: Darío Valle Risoto


Un gallego le pregunta a otro: ___Oye Manuel ¿Cuál es la diferencia entre masturbarse y hacer el amor?
Y Manuel rascándose la oreja izquierda le contesta: ___ Que haciendo el amor conoces gente.

Y allí está todo el problema porque conocer lo que se llama conocer a la gente puede llevarnos un poco más de tres citas y una encamada final, antes de comprender que nos estamos enamorando pero probablemente estemos sufriendo solo una calentura sexual de aquellas.

La soledad nos aconseja diferente a todos y mientras que pocos vivimos bien a solas la mayoría no pueden vivir sin compañía en la catrera y están dispuestos a sacrificar hasta su salud mental para conseguirlo.
¿Por qué la gente no puede vivir sola?
Sencillamente porque no se puede aguantar la cabeza, es decir que no pueden estar frente a sus pensamientos mucho tiempo sin correr el riesgo de comenzar a elaborar ideas que los hagan sentir entre mil macabras cosas un tremendo temor a morir solos.
Cosa que más tarde o más temprano todos haremos.

Y millones de libros se han escrito para facilitarnos la seducción del sexo opuesto (O del mismo para algunos), la cosa no debería ser muy complicada y en una sociedad avanzada uno podría acercarse a una chica y decirle por ejemplo: ___ Señorita me gustan sus enormes pechos, me quisiera acostar y tener sexo con usted de forma desenfrenada hasta que amanezca.
Lamentablemente no siempre esto sería bien recibido, es más, corremos el serio riesgo de que nos pateen los huevos o nos manden presos por acoso sexual a menos que nos cobren 400 $ la hora, pero eso es otro tema.

Lo peor de todo es que hay gente que se enamora endiabladamente de alguien a la que ni siquiera ha tenido la oportunidad de besar, mucho menos pensemos en hacerlo.
Misterio de los misterios es la ráfaga química que nos pone cachondos por aquella mujer que vimos brevemente y de la que no dejamos de pensar ni de noche ni de día. Yo aconsejo en estos casos un buen antiácido y un litro de Vodka o Tequila, de seguro te olvidas o no te va a importar tanto.

Fácilmente los estúpidos llegamos a confundir obsesión con amor cuando en realidad deberían ser sentimientos bastante opuestitos…digamos. El pensar 40 horas al día en la misma persona nunca puede ser sano y mucho menos estarla extrañando aún cuando la tenemos delante nuestro.
En estas tierras latinas el amor se confunde peligrosamente con un sentimiento de propiedad nunca mejor cantado por aquel ser tan bizarro que supo decir:

Letra de Propiedad Privada de Rosamel Araya
Para que sepan todos a quién tu perteneces
Con sangre de mis venas te marcaré la frente
Para que te respeten aún con la mirada
Y sepan que tú eres mi propiedad privada
Que no se atreva nadie a mirarte con ansias
Y que conserven todos respetable distancia
Porque mi pobre alma se retuerce de celos
Y no quiero que nadie respire de tu aliento
Porque siendo tu dueño no me importa más nada
Que verte sólo mía mi propiedad privada
Que verte sólo mía mi propiedad privada

¡Ah fachito querido!
Cómo muchos boleros parece escrito por un tipo al que le debieron soltar dos dedos del chaleco en un manicomio porque solo estando loco un ser humano puede escribir tanta basura como forma de cosificar a una dama creyéndola amor. ¡Por favor!

Pero debemos admitir que de uno y otro lado de las parejas estos sentimientos de persecución y enfermiza necesidad de controlar, ver, sentir y poseer al otro se hacen mucho más comunes de lo que la humanidad necesita para avanzar.
Pocas son aquellas parejas de personas que ante todo respetan la individualidad y los espacios de su compañero y que para comenzar a vivir con un mínimo de buena onda sienten respeto por la libertad ajena antes que por la propia.
Nadie es dueño de nadie y mucho menos su amo.

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