Tuesday, January 26, 2010

El Terremoto de Haiti

Recibo y Publico de Silvia Valle
El terremoto de Haiti
20 enero, 2010
Por Jeb Sprague

Cinco días antes del terremoto 7.0 que sacudió Port-au-Prince el 12 de enero, el Consejo de Modernización de las Empresas Publicas del gobierno haitiano anunció que planeaba privatizar el 70% de la compañía pública de teléfonos de Haití

Hoy Port-au-Prince yace en ruinas con miles, posiblemente cientos de miles, de muertos, todos los barrios cerrados, muchos enterrados vivos. Los pueblos a través de la península sur como Léogâne, en total ruinas con un número ignorado de víctimas. El presidente de Haití René Préval, y su administración continúan ineptos, ausentes aun de las radios locales.

En el Pont Morin, en los Bosques de Verna de la capital, las oficinas de Teleco están terriblemente dañadas. Un letrero en la capital advierte a los residente que evacuen “Después de la última evaluación de los edificios, se observó que los polos principales de la estructura están dañados!

Con multitudes de gente sin conseguir atención médica en casos críticos, ni agua, ni provisiones básicas, es obvia la falta de infraestructura local ni personal del estado.

En vez de invertir en programas sociales y en infraestructura gubernamental que pudiera ayudar a atender a la gente en Port-au-Prince, especialmente después de un desastre natural, el gobierno de Haití ha tenido la presión de EEUU y de las Instituciones Financieras Internacionales para que vendiera su infraestructura, que cerraran las cocinas de sopa del gobierno, para bajar las tarifas y pudiera beneficiar la economía rural.

La tendencia demográfica en Haití por las últimas décadas muestran el impacto de la globalización capitalista: la mudanza de los campesinos a los barrios bajos de Port-au-Prince, con frecuencia grandes racimos precarios a los costados de los cerros.

“Los barrios bajos se inician con mala geología” explica el escritor e historiador Mike Davis. En el libro “Planeta de Barrios Bajos” describe la explosión de comunidades bajas en la era del capitalismo global actual. Billones no tienen elección sino vivir en la cercanía de desastres ambientales y geológicos, explica Davis.

A mediados del 2007 el periodista haitiano Wadner Pierre y yo escribimos un artículo para El Servicio de Interprensa que investigaba las zanjas de la compañía pública de teléfonos de Haití. Entrevistamos trabajadores desempleado del sector público. El plan del gobierno era reducir los empleados de Teleco de 3,293 a menos de mil. En 2010 los dirigentes de Teleco con Preveco a la cabeza, tienen dos tercios de los trabajadores de la compañía. Durante el primer período del gobierno de Préval vendió el molino de harina y la compañía de cemento.

Ahora Préval continúa con la Cooperation Intérimaire, un programa de ajuste macro económico formulado por su predecesor (Gerard Latortue, del régimen interino) junto con las instituciones internacionales y los grupos locales. La privatización es un puente al neoliberalismo de Haití.

En los 80 y en los 90 Haití tuvo presión para bajar las tarifas para el arroz extranjero, y la protección de la economía local. Con la falta de oportunidad en el campo la migración a la capital se intensificó. Cientos de miles establecieron residencia en los alrededores de la ciudad.

Utilizando la gastada retórica del nacionalismo llamaron la atención a la implementación de métodos favorables al capitalismo global, los funcionarios del gobierno de Haití trabajaron de cerca con IFI, NGO, y los consejeros y ‘expertos’ del exterior. Para los políticos haitianos que no estaban dispuestos a seguir estos planes, la fuerza brutal de las dictaduras, el embargo económico y el recurrir a las misiones de entrenamiento de la sociedad civil del exterior reforzaron el camino del gobierno.

Después del terremoto, el estado haitiano se evaporó. La policía buscó a sus amados, como los ministerios del gobierno y las bases de las Naciones Unidas, muchos oficiales habían muerto bajo las toneladas de concreto caído.

Mucho se les criticó en esos días por no estar presentes ni hablar en la radio. Préval y otros dirigentes del gobierno haitiano se reunieron en una estación de policía en ciudades cercanas junto con periodistas y dirigentes extranjeros. El martes Préval fue a Santo Domingo para entrevistarse con oficiales de la asistencia.

El Wáshington Post explicó que “El gobierno de EEUU ve a Préval, agrónomo, como un tecnócrata, muy libre en la ideología política que dividió Haití en décadas. Pero en el momento en que la tragedia esencialmente fuerza al país a empezar de nuevo, la aversión de Préval al escenario público deja a millones de haitianos a preguntarse si tiene gobierno.

Cientos de periodistas llegaron a Port-au-Prince, mientras los militares estadounidenses establecen un campamento en el aeropuerto nacional dañado con Hilary Clinton en la premisa. Dan prioridad a la descarga de armamento pesado, y en cambio no permiten los grandes aviones con medicinas y equipo de rescate, a pesar de la protesta de Francia, Venezuela y los Médicos sin Fronteras.
Los medios internacionales muestran imágenes de haitianos cavando con trozos de concreto en los edificios demolidos. Pasan los días y se oyen los gritos de sus familiares que luego se empiezan a silenciar.

Otros medios empiezan a mostrar imágenes de gente pobre buscando comida, en realidad la inanición masiva ocurre enfrente a los guardias de seguridad, que rodean los grandes mercados.

Considerando las décadas pasadas de austeridad forzada impuesta a Haití, es casi imposible que el país tuviera un gobierno mayor, con la capacidad de enfrentar emergencias, para apoyar proyectos de inversión social, cocinas o aun barrios bajos mejorados El gobierno derrocado de Aristide entre 2001 a 2004 aunque severamente paralizado por embargos y escuadrones de la muerte respaldado por la élite y grupos de oposición, rehusó la privatización, instituyó un programa de cocinas y centros de alfabetización, y hasta construyó algunas manzanas de barrios bajos mejorados en la capital (que se publicó en un periódico del gobierno, l’Union)

Esas pequeñas pero bienvenidas actitudes pertenecen al pasado. La represión de las tentativas de la gente de tener expresión en medios democráticos y el forzado sometimiento de la economía local al capitalismo global es paralelo a la asunción del poder de las elites desconectadas de la gente a la que gobiernan. Estas son las elites tecnocráticas a las que se refiere el sociólogo William Robinson en su libro “Una Teoría del Capitalismo Global” como “fracciones transnacionalizadas de dominantes grupos locales en el Sur . . . a veces denominados “burguesía modernizada”, que han supervisado procesos de reestructura e integración social y económica en la economía y la sociedad global.” Al salir de las cenizas, no se sorprendan si el pueblo haitiano rehusa aceptarlo.
El geógrafo Kenneth Hewitt acuñó el término “clasmoto” al examinar el terremoto de 1976 en Guatemala que costó la vida de 23,000 personas, por la precisión con la que golpeó a los pobres. La actual clasmoto de Haití es mucho peor, compuesta de décadas de globalización capitalista y la intervención estadounidense.

Jeb Sprague recibió un Premio al Proyecto Censurado en 2008 por un artículo publicado en el Servicio Inter Prensa de Port-au- Prince, Haití.. Puedes visitar su sitio web: http://www.uweb.ucsb.edu/~jhsprague/

mal traducido por silvia, Montevideo, enero 26.10

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