Sunday, May 16, 2010

El Ser Iluminado 2

El ser iluminado 2
Por: Darío Valle Risoto

Un maestro Japonés en una de las reuniones del budismo me decía: ¿Cómo puede pretender la iluminación una persona a la que se le arruina el día porque perdió el colectivo?
Muchas veces, demasiadas veces cuando me hago miles de problemas sobre situaciones cotidianas que seguirán igual conmigo o “Sin Migo” (Como decía Videla), siento que me falta un muy largo camino para ser el ser Impecable que pretendo ser en estos escasos momentos de lucidés.

¿Pero que es la Impecabilidad?
Vamos a partir de la idea de que en el mundo la única ley o al menos, una de las más poderosas es la de Causa y Efecto, por lo tanto como dice Jorge Drexler en uno de sus temas: Uno da lo que recibe y recibe lo que da.
Pongámonos a pensar en que esto no es una ley ni siquiera mística sino que es una realidad absolutamente material y física, miles de ejemplos puedo darles y todos están a nuestro alrededor: La Contaminación, la violencia, el hambre, el dolor, las injusticias, todas son la consecuencia de miles de acciones que han generado en lo individual y colectivo el mundo en que vivimos, curiosamente muchas de ellas son la reacción directa a las religiones y su negativa incidencia sobre la humanidad. (Entre otras cosas claro)
Sin la necesidad de adorar a una puta deidad es tan sencilla la respuesta, que a veces se nos escapa porque como les decía en el artículo anterior: necesitamos un elemento catalizador que nos muestre por donde va nuestra vida, lamentablemente mucha gente deposita su confianza en sacerdotes, pastores y gurús que son en realidad estafadores o gente muy enferma.

Vuelvo al asunto: La Impecabilidad
Ser impecable significa tratar de hacer todo lo que tenemos que hacer de la mejor manera posible, claro que ustedes se preguntarán si esto no se vuelve algo extraño porque a veces nuestro concepto de lo que está mejor o peor puede ser diferente de unos a otros. Vamos a ser claros, el ser Impecable se refiere a innumerables pequeñas cosas, a veces absolutamente insignificantes que se van sumando una a una hasta crear una línea de acción y transforma un sinnúmero de pequeñas buenas actitudes en una conducta.
Un ejemplo muy sencillo: La mayoría de la gente tira los envoltorios (Por ejemplo) cuando come caramelos en la vía pública, por distracción, porque le importa un corno o porque ya la calle está tan sucia que no hace la diferencia.
Es que sin embargo la diferencia la puede hacer el individuo sobre si mismo, el aseo de la ciudad es secundario y será consecuencia de miles de pequeñas acciones pero no es nuestro problema, nuestro asunto en el “Ser Impecables” es marcar nuestra diferencia interior, ser prolijos con nosotros mismos y tirar la basura donde se debe aún que tengamos que caminar sobre una montaña de esta.
Otro ejemplo que tanto nos atañe a los uruguayos es el de la impuntualidad, esto significa llegar tarde a todos lados con excusas estúpidas o infantiles tratando de encubrir nuestra imposibilidad de manejar nuestro tiempo. Vuelvo a la línea inicial de este artículo y podría decir como el maestro budista: ¿Cómo puede pretender la iluminación una persona que llega tarde a todas partes?Les doy el mismo caso-consecuencia de la basura, poco importa la falta de respeto a quienes le esperan para lo que sea, lo importante es la falta de respeto y el descrédito hacia nosotros mismos. Ser Impecables entre muchas cosas significa que nuestra palabra sea una potente fuerza catalizadora de nuestro ser y no una suerte de malabarismo para justificar nuestra impericia para las pequeñas cosas del mundo.
Así iremos generando un montón de acciones sobre nosotros mismos que les aseguro que se verán reflejadas en nuestro entorno cotidiano, les cuento una anécdota: trabajando en una gran imprenta rodeado de compañeros de toda índole, cierta tarde fui a comprar comida para la hora del descanso y uno de ellos me dio un billete medianamente grande, al regreso le di lo que compré pero me olvidé absolutamente de darle el cambio, era un viernes y realmente se me pasó darle el vuelto.
El Lunes, este me lo cuenta y con mucha vergüenza le di su dinero y le pedí mil disculpas por mi error pero le pregunté porqué no me había dicho esto por teléfono a casa a lo que me respondió que varios compañeros le dijeron que si lo hacía yo iba a ir inmediatamente al trabajo o a su casa para devolverle el dinero. Realmente me sentí halagado porque ellos sabían que mi conducta no me iba a dejar dormir tranquilo hasta solucionar el tema.
Pequeñas situaciones cotidianas y la forma correcta, ser impecables con cada momento es una pequeña contienda personal que les aseguro rinde sus frutos.

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