Thursday, February 4, 2010

La Despedida del Hombre (Cuento)

La Despedida del hombre
Por: Darío Valle Risoto

Era inútil decirle algo, despedirse, tratar de mentirle piadosamente intentando que le crea que podrían volver a ese lugar tan distante. Parson sonrió y acarició los rubios cabellos de Alicia hasta que ella se movió apenas, por suerte tenía el sueño profundo.
Cobián parado junto a la salida de la cueva sostenía el arma de su teniente. Parson tomó el rifle de plasma y miró atrás, allí en una alguna parte poco iluminada de la cueva dormía Alicia sin saber que se iba para siempre.
___Te dije que no era bueno establecer demasiado contacto con los nativos, nuestra misión es de reconocimiento, sabes bien que la compañía….
___ Se muy bien las directivas, además soy tu superior.
___ Y mi amigo, ¿Todavía somos amigos?
Parson le dio un golpe en el hombro a su amigo de tantas misiones desde Aldebarán a las Lunas de Kopsis VI, ambos habían recorrido mucho espacio y a veces se reconocían las palabras antes de decirlas. A unos cien metros debajo de ellos una nave la pasaba combustible a la suya que había sido reparada rápidamente de sus averías. Una vieja conocida les saludó.
___ ¿Sondra?, ¿No estabas de libre en La tierra?
___ Ya lo ven, siempre lista para darles una mano o algo más si quieren. ___Su hermoso y escultural cuerpo de piel negra como una noche tropical solo era apenas cubierto por el traje corto de fajina color naranja con el logo de la compañía.
Cobián la palmeó en las nalgas y ella le dio un corto beso en los labios, pero observó que Parson miraba hacia arriba a los cerros.
___ ¿Hay alguno más con ustedes?
___ No, nuestro piloto Persis murió cuando chocamos, nos atacó un Karnasecks apenas entramos en la atmósfera, lo incineramos pero terminamos de trompa acá…, Parson hizo amigos entre los nativos, solo eso.
Sondra lo tomó del cuello y lo besó unos segundos más que a Cobián, el alto teniente de cabellos negros y mirada penetrante se separó de ella como si le disgustara.
___Por tu actitud debe ser una chica, ¿Me equivoco? ___Dijo mirando a Cobián.
___ No querida amiga, además, allá viene. ___Contestó riendo el soldado mientras les señalaba rumbo al oeste, una chica bajaba corriendo la ladera, estaba casi desnuda, solo llevaba un pequeño taparrabos de hojas.
___ ¿Por que me dejas humano?, ¿Acaso te ofendí? ____ Ella lloraba como si algo en verdad se hubiera roto en su interior, Parson miró a sus compañeros y dejó su arma en la tierra al momento que ella se le tiraba en los brazos.
___ ¡Vaya melodrama! ___Protestó la morena Sondra mientras volvía a su nave no bien habían terminado de recargar la Modulus de Cobián Y Parsons.
Cobián reparó en que los pechos de la muchacha eran deliciosos más su piel con un tono verdoso era ciertamente raro en esa parte de la galaxia, más ya habían visto cosas aún más raras.
___Debo irme, volveré pronto. ___Le mintió separándola con sus brazos.
Ella se tiró al suelo llorando, los hombres entraron a su pequeña nave que se elevó unos metros y desapareció en el horizonte, ella volvió a la cueva.
La nave rompió la barrera al espacio exterior y regresó a la nodriza de la compañía, adelante la propia comandada por Sondra casi había llegado a los hangares, pero detrás Parsons se sentía muy mal y Cobíán que en ese momento pilotaba permanecía muy silencioso.

Alicia penetró en la cueva, ya había dejado de llorar, sus padres la esperaban adentro con algo de comida, sirvieron galletas de Trassecs y licor de Fenecías maduras.
___ ¿Se fueron los humanos finalmente?
___ Si padre, pero no te preocupes, el teniente Parsons está contaminado con los insectos Molganos como me lo pediste.
Argoste abrazó a su hija, sus antenas vibraron de la emoción, muy pronto los insectos se dispersarían por todo el organismo del terrestre, luego pasarían al resto de su nave y quizás hasta puedan llegar a otros planetas por su intermedio.
___ ¿Son malos los terrestres padre?
___ Desde luego que si, su fama de depredadores se ha extendido demasiado y ya era hora de que alguien hiciera algo al respecto.
Alicia sonrió y sus antenas de la frente también vibraron de la emoción.

FIN

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