Wednesday, February 17, 2010

Un poco de amor Francés

Un poco de amor Francés
Por: Darío Valle Risoto

Lánguido y estéril de ilusión, Iván se cernía caído cual una hoja perdida en el viento sobre su diván, suspiraba y olía su pañuelo de seda perfumado. Lumis ya estaba acostumbrado a sus raptos depresivos pero aún así quería al muchacho, al fin que era el último de la familia en mantener en lo alto el título de nobleza.
___ ¿No va a ir a jugar al Crockett con las chicas?
___Creo que hoy es un buen día para suicidarme, ¿Qué me aconsejas mi fiel Lumis?
___No lo sé señor, yo prefiero la vejez.
___Bueno, por cierto que no te falta mucho. ___Amago una sonrisa de su rostro pálido pero la contuvo, no era romántico ser feliz y mucho menos delante de la servidumbre.
___La Condesa del Tírreno preguntó por usted, creo que le gusta mi señor.
___Es una mujer absolutamente desagradable, hace el amor como una bestia, la última vez…, mejor ni te lo cuento, podrías tener pesadillas, ¡Todas quieren mi apellido!, ¿No es terrible?
___ ¿Y Doralicia?
Iván pareció olvidar su permanencia pálida y soterrada del mundo de los vivos, se incorporó en el diván y abrió sus ojos grises todo lo posible, creyó que en lo profundo de su camisa adornada de brocados, un corazón se movía.
___ ¿La has visto?, ¡Cuéntame!, ¿Te preguntó por mí? ___Salió de su posición alongada para encaramarse en uno de los sillones cubiertos de terciopelo y miró a su mayordomo fiel como quién intenta encontrar una respuesta más allá de las respuestas.
___Por cierto que cuando menciona su nombre señor, creo que algo le sobreviene, es como un ahogo, algo así como si una pena de amor le impidiera respirar por un momento, luego un pequeño hipo nervioso da lugar a un leve temblor de su mentón, entonces baja la cabeza como deben hacerlo las niñas decentes y me pregunta por vuestra gracia.
__ ¡Ho Lumis!, ¿Cómo puedo evitar ser tan varonil y apuesto?, ¿Dime como?
__La verdad que no lo se mi señor, usted es el joven más hermoso de Francia, me atrevería a decir que del resto de Europa pero sería atrevido.
___ ¿Sabes?, Creo que dejaré mi suicidio para otro día, hoy a pesar de este sol desgraciado que apenas si besa esas nubes deformes, saldré a visitar a Doralicia. ¡Llama al cochero inmediatamente!
Con una chaqueta militar, unas calzas negras y sus hermosos zapatos venecianos terminó Iván por ponerse la peluca y luego se maquilló suficientemente pálido sin olvidar el lunar junto a su labio superior derecho.
La ciudad olía a pobreza y desamparo, leprosos, enfermos de peste anegaban las calles mientras los soldados del Rey patrullaban cargando sus adargas y espadas.
Se detuvo el carruaje frente a un pequeño pero adornado jardín que en suficiente distancia mostraba una vieja casa señorial pero no muy grande más bien se notaba que allí vivía gente de lustre.
La madre de Doralicia lo invitó a pasar y sirvieron té con mazas mientras ella se hacía de esperar nerviosa y aterrada en la planta alta, miraba por entre las cortinas hacia la planta baja y solo podía divisar los zapatos venecianos de su amado.
Las doncellas terminaron de prenderle el vestido y luego de estar suficientemente nerviosa bajó la escalera como si delante estuviera esperando la eternidad.
Iván no pudo evitar un cierto calor en el bajo vientre y trató de disimular haciendo uso del abanico español que conservaba como recuerdo de su abuela.
La tertulia continuó con la madre de Doralicia semidormida junto al piano y las doncellas tratando de mantenerse algo distantes de la pareja. Ella llenaba con los volados de su vestido gran parte del sofá manteniendo a Iván más excitado todavía.
Luego de un incómodo silencio, él se despidió pero no sin antes invitarla al baile, como quién no quiere la cosa le rozó la mejilla antes de salir y ella casi se desmaya de la impresión.
Cuando Iván llegó a su casa estaba tan nervioso que sabía que no podría conciliar el sueño si no hacía algo al respecto por lo que llamó a Lumis su mayordomo y le invitó a traerle al joven lacayo que se encargaba de los animales, no quería dormir solo esa noche. Por otra parte Doralicia se baño junto a sus doncellas y luego de ser sabiamente secada y perfumada sus arrebatos sexuales ya habían decaído bastante, de todas formas pasó la noche con ambas.

FIN

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